El Sonido

Texto: Vanessa Bonilla

“La memoria es eminentemente narrativa y, en tanto narración, articula por definición temporalidades disyuntas,
despliega caprichosamente los acontecimientos en el tiempo, enhebra imágenes singulares, construye los vericuetos de una trama, aventura lógicas ex post. En definitiva, ponen en forma, que es también decir otorga un sentido, a una historia, entre otras posibles.

Pero además, nada es igual antes o después de un relato, por más que este haya sido “repetido” muchas veces. La fuerza performativa de la memoria – su propiedad de instaurar un realidad que como tal no preexiste a su intervención se articula al acontecimiento de su enunciación momento único, singular, situado, definido en relación con un otro, el destinatario, con un contexto, pero abierto a la iterabilidad de la cita, la posibilidad de otros contextos la diferencia en la repetición”

Leonor Arfuch.

Cuando Bernarda empieza a contar su relación con la música y el tocadisco, ese recuerdo, esa memoria, hace directamente un click con la mía. Justo este año le regalé a mi hija de 16  años una vitrola y coincidencialmente mi padre y mi madre estuvieron el día en que la abrimosregalo. Y ahí esa memoria personal de Bernarda se colectiviza en mí, en mi hija, en mi familia ampliada. Ese girar y girar, el mirar las portadas e imaginar historias. Ese sentido a la historia que Berni le da, ese acontecimiento situado del que habla Leonor y dónde “cada relato traerá, aún para su propio enunciador, una transformación cualitativa actual y también retrospectiva” (200,79) se encarna y la memoria se vuelve compartida.

“Yendo así, como así, a mi interés por la música, cuando era chiquita, mi papá tenía unos vinilos, tenía un toca vinilos, yo me acuerdo que nos sentábamos, poníamos un vinilo y lo veíamos girar hasta que se acabe, era como solo sentarse al lado del equipo y verle girar, y verle girar y girar, y cuando se acaba darle la vuelta, volver a poner la aguja,volver a verle girar y escuchar. Y de todo tipo de cosas, sobre todo un montón de rock clásico lo que escuchamos con él. No era de este tipo de cosas para ir a bailar, o para poner música para que esté de fondo, sino era verle al equipo funcionando, me llamaba mucho la atención el equipo como funcionaba. La aguja dando vueltas sobre el vinilo era algo que.. Y el sentarte  y ver la portada, otra cosa que me acuerdo que hacíamos con él, que era mientras sonaba esto, solo ver la portada y la portaba empezaba, cuando eres chiquito te empieza a tripear cosas, entonces empezaba a contar toda una historia, a través de la portada. Y ahora entiendo que es como las decisiones artísticas que se tomaron que acompañen visualmente a eso pero en ese momento es más como, tenía 6 años, era más como sentarte a tratar de entender quiénes son esas personas, y estos personajes, entonces me acuerdo los miembros de Queen con su pelos largos, iba escuchando la música e iba así como: ahora canta él, y ahora suena él, y esa guitarra es él. Tratando de ir poniéndole cara a este cuento que estaba siendo contado por el vinilo”

Berni nos emociona en la entrevista cuando cuenta cómo su hermana y ella usan diálogos de Disney para comunicarse, pero enseguida habla de querer estudiar ingeniería mecánica para hacer robots y que hagan cosas en las películas, recuerdo que también hablaba de Queen y sus portadas e inmediatamente mi memoria trae la portada del disco: News Of The World que está adaptada de una ilustración original que apareció en la revista Astounding Science Fiction (octubre 1953) del artista norteamericano de ciencia-ficción Frank Kelly Freas. La portada contiene un robot que sujeta a los miembros muertos de la banda: el cuerpo sin vida de Brian May y Freddie Mercury mientras que John Deacon y Roger Taylor van cayendo al suelo, y en la contraportada está este mismo robot introduciendo su mano dentro del auditorio y atrapando gente qué intenta huir.

“O sea con la música como tal siempre me gustó. Pero ahora, yendo, entendiendo como funcionó mi cerebro, las películas, las de Disney eran todo en mi vida, me encantan, me sé todos los diálogos, todas las líneas, hasta ahora, es así insoportable la verdad. Es algo que quedó ahí, un juego que tenemos con mi hermana donde solo podemos usar frases de las películas de Disney, pasamos así horas con ella (hablan todas al mismo tiempo, hay risas, no se entiende más). Pero de ahí yo, nunca pensé que iba a tener una relación con la música, a los 8 años yo tenía clarito que iba a ser ingeniera mecánica enfocada en un máster en robótica, porque quería era hacer efectos especiales para películas, quería construir robots para que hagan cosas en los sets de películas, ese era mi sueño. Mi papá es ingeniero mecánico, él tenía otra idea para mí, que crezca y se continúe con la empresa y continúe su legado y ni sé qué y obviamente eso no pasó”.

Creo que en esa última idea muchxs de nosotrxs nos encontramos, no somos lo que nuestros padres y madres o familia querían que seamos, a veces cargamos con esa culpa pero también la vida ha sido generosa y nos ha llevado por caminos extraños. Hemos sufrido la vida con todas nuestros aciertos y errores,pero también hemos logrado darle un color, una dimensión que te permite seguir.  Para Berni ese recorrido empezó en la Universidad, siempre rodeada de hombres, así como también la relación con su padre y esas cercanías masculinas con la música era una premonición de lo que sucedería: Un mundo musical masculinizado. Y antes en la adolescencia se compró su primera guitarra eléctrica, hacia bulla, tocaba punk, tenía bandas de amigos que tocaban en los jardines de las casas de otros amigos, “pero nunca era serio, era cero serio, la mejor época en la que he tocado en mi vida, que tocaba mucho mejor de lo que toco ahora, porque no había ningún miedo, era una banda de punk cualquiera, no tenía nombre, ni nada, era unirte con tus panas. Todos hombres, nunca hubo amigas”.

“ En la U me metí a estudiar ingeniería mecánica pero siempre he sido amiga de los músicos, no sé qué onda de eso, yo digo que era una groupie en mi vida pasada. En la u pasó lo mismo, me hice amiga de mis amigos de ingeniería, pero siempre estaba rodeada de los músicos. Recuerdo estar botada en el césped de la San Francisco y ví a un amigo que estaba haciendo un deber de armonía, a mi me fascinan las matemáticas, me parece maravillosas y me puse un reto, dije si logro entender eso hasta mañana, así como que sin que nadie me explique, lo que le mandaron a esta persona de deber, consideraría cambiarme de carrera, estaba harta de mi carrera, odiaba mi carrera, horrible. Me lleve este deber, me rompí la cabeza tratando de entender cómo es que funciona, le busqué la lógica, sin hacer trampa solo búscale la lógica y dije aquí es definitivamente aquí es, es como una matemática abstracta, donde no tiene que ser el resultado específico, como en calculó que la x es igual a esto y no es otro, en la música es igual, sí hay una nota que es la correcta, porque tiene un sentimientos y otros sentidos. Pero si es la nota correcta, más allá de porque solo la armonía te dice, hay otro sentido que le entiende a los matemáticos desde otro lugar.”

En la carrera de música solo estuvo dos meses y luego se cambió a producción musical, “es que cuando estaba estudiando música, me di cuenta que, si me interesa eso, pero la música para mi, es ese lado, no se si decir sentimental, no se me ocurre la palabra, desde otros sentidos que no eran. Pero en cambio la producción le entendía desde las frecuencias y eso era más matemático, más fáciles de entender para mi, tenían más lógica. Entenderle en hercios a las notas a mi se me hace mucho más fácil  que reconocer un do4 o do3 o do2, es cosa de visualizar cómo creciste con un piano o creciste con matemáticas solo es eso.” En esa carrera pudo entender otros cosas como los espacios, las reverberaciones, como son los rebotes, “como afecta los materiales al sonido, que la música no es únicamente el emisor de sonido saca la nota y ya, hay toda una vertiente del cual depende como es percibida esa nota, ahí me empezó a interesar, más bien me fui por producción y luego hice el máster”.

Su vida parece que es un devenir entre la lógica y lo planeado pero también tiene un toque de azar y de aventarse a las aventuras. “Y para el máster, fue lanzar una moneda, para ver quién se iba a producción o composición, me salió composición y me fui”. Ella dice que en el máster la gozó porque en la producción musical era más como de grabar, los micrófonos, “yo la verdad no consideraba que iba a hacer nada de música propia, pero para graduarme tenía que hacer un disco, dije me voy a lanzar yo a componer 4 canciones a ver que pasa, y  grabar eso y ya” Una vez más lanzarse al vacío.  Nos confiesa que su relación era más con los cables, micrófonos y las consolas, estar detrás del escena, “a mi me da un poco de miedo el escenario la verdad, prefiero mantenerme en el otro lado, el sonido en vivo me volvía loca es lo que más me encantaba hacer”.

Los momentos de silencio,  reconocer lo que la escena necesita y cómo es la traducción de pasar de la imagen al sonido, es otra de las características de cómo ella se relaciona con el sonido.  Para ella es “importantísimo respetar los diálogos, no puedes tener ahí tu música sonando a toda madre y algo importante que se tenga que decir. pero lo haces con el director, esas decisiones no las tomas sola. Te sientas  con el director y  ves toda la película unas dos o tres veces y te van  diciendo lo que quieren y tú puedes ir proponiéndote también. Hay que entender que en este punto no es tu composición lo relevante. Respetar que es lo que la otra persona quiere”. Es cuestión de ir probando hasta que algo calza, es un proceso colectivo. Para Berni la traducción de la imagen al sonido requiere “pensar otros momentos de mi vida que no sean necesariamente en la música, donde existe  esa traducción,  en los que tal vez así es como cacho el mundo, tal vez así es como me relaciono con absolutamente todo. Se me hace muy automático”. 

Como veremos en los siguientes apartados, la comprensión de la música en ella, está marcada por su relación con las estructuras y las matemáticas, donde el sonido es parte de un código sígnico que opera en una estructura y tiene un fin narrativo, uno  que pretende comunicar, articularse con otras historias, llevar esa emoción que ella sintió cuando escuchaba música y se inventaba historias con su padre.

Bibliografía

  • Arfuch, Leonor. (2008) “Arte, memoria y archivo” Crítica cultural entre política y poética. 1 ed. Buenos Aires: Fondo de  Cultura Económica. 75–89.

Sonido

Proceso Creativo

Cuerpo