49

Bernarda nos cuenta que esta fue la primera vez que trabajó con una mujer directora, Marcela Camacho. Lo interesante de este proceso creativo es que fue hecha en diferentes espacios y en momentos diversos “ ya que era a veces ir componiendo en el carro mientras íbamos de viaje a Ambato, por ejemplo o literalmente justo antes de armar las carpas” En ese momento, 49 se cruzó con un momento complejo en la vida de Berni, ella nos dice “mientras estábamos en esta obra que me tomaba mucho de mí, me costaba el obligarme a hacerlo en un momento donde yo no estaba bien, tenía que de alguna forma sentarme enfrente de la computadora y hacerlo, y aunque no pude seguir mi proceso de hacer mi esqueleto y hacer mis cosas en paz por que era un desastre, se podía de todas maneras encontrar esa sensibilidad que hacía falta en los lugares más incómodos de la vida, entonces eso fue lo que gustó a mi” Este proceso de aprendizaje de esta compositora nos resuena a nosotrxs, en nuestro ejercicio como investigadorxs, en esa exigencia y en la imposibilidad de culminar procesos, nos ayuda a visualizar una salida cuando la vida no es amable, pero hay un compromiso que cumplir. Mientras nos cuenta este relato, recuerda que la directora hacía que se sintiera apreciada “como que la directora super cariñosa, me entendía todo y como le gustaba lo que escuchaba, el trabajo colectivamente muy bonito en ese sentido y claro requiere full tiempo e ir al cine verle en cartelera, era muy bonito verle a la peli ahí”.

Para mí en particular ver la película me afecta muchísimo, es una obra que atraviesa a mi familia: mis abuelos vivían en Ambato, perdieron todo, mi abuela decidió salir embarazada y con un hijo en cada mano hacia Quito. Así que cuando tuve que ver la película para este texto, no sé si la música, la trama, las entrevistas o todo junto hizo un cóctel de emociones:  lloré casi los 40 minutos de duración de esta pieza. Al final, esta película cuenta una historia, una historia que yo desconocía, así que fue como reencontrarme con un relato que atraviesa mi vida, a veces creo que hay cosas que inexplicablemente llegan para dar luz. Berni nos dice: 

“es una película que además trata sobre el terremoto de Ambato y era un documental sobre la gente que sobrevivió al terremoto, personajes importantes, que cuentan después de años y años lo que sucedió en el terremoto, es algo que está dedicado al terremoto, se cuenta del lado político lo que sucedió, usándolo como espejo lo que está pasando en este momento aquí, que era que se recaudaba fondos y no llegaba a la gente, se enviaban víveres y estos se pudrieron en una bodega, porque nunca se hizo el paso, y todos estos personajes lo cuentan desde un dolor grande, ya quea el otro dormían en carpas, en el piso y todo estaba destruído, son relatos super personales que necesitaban de una sensibilidad muy grande que yo no tenía en esos momentos, me encanto esa obra por que fue un reto, para componer la canción final y  componer una canción que tenía que ser alegre, no podía tener un bajón, y esto confirma mi teoría, cuando sales en una película y pones una cancion buena al final, y te hace decir no estuvo tan triste la peli, entonces la canción del final tenía que ser la cereza del pastel, y dónde más afecta realmente es cuando tu estás poniendo bastante atención, es como un concierto, es como una obra, es increíble.” 

La música incidental para esta película explora sonidos y silencios, que da cuenta de sonidos específicos del lugar, como la banda de pueblo. Sonidos sutiles para las piezas de archivo visual, la música de tensión y dolor movilizan emociones que permiten potenciar este documental.

Sonido

Proceso Creativo

Cuerpo