El Cuerpo

Texto: Vanessa Bonilla
En ese caminar y en el marco de nuestra investigación le preguntamos a Berni sobre su referentes femeninos, ella, como todas, nos cuenta que eran pocas, nos comenta que en su carrera de producción musical eran 2 mujeres entre 300 hombres, “probarse más hombre que todos los hombres, te vuelve una persona que en vez de poner límites claros sucumbes a esas situaciones en modo supervivencia. Hablan patanadas y en vez de decir me siento incómoda, hablas más patanadas”. En su máster había una mezcla más grande, pero igual solo eran 4 mujeres. “Mientras pasaba esto no encontraba a quien admirar”, luego viene un recuerdo sobre una mujer a quien admirar, “la productora Sylvia Massey, productora de Tool, Tom Petty, System Down, es una señora de saquito rosado. Me gusta porque no sacrificó su feminidad y pintarse de negro para hacer metal, lo pudo hacer con su saquito rosado como debe de ser, sin cambiar quien eres” y yo recuerdo a Mary Beard en su libro mujeres poderosas: “el discurso público y la oratoria no eran simplemente activiades en que las mujeres no tenian que participación, sino que eran práctica y habilidades exclusivas que definían la masculinidad como género”(2018,27). Ser y estar, habitar el mundo y el ecosistema musical no es fácil siendo mujer, tenemos una brecha de género que nos ha causado dolores, silencios, invisibilizaciones y ha modificado nuestra psiquis y la forma en que vemos. Berni nos cuenta que “en los estudios no podía no ser la mejor. En el trabajo con la producción no podría sobrevivir sino era una de las mejores, menos chances de fallar, tal vez solo está en mi cabeza y siendo mujer en esta industria esa ansiedad si afecta”.
Pero este sentimiento también atraviesa el cuerpo, “ esta cosa de que como mujer siempre han tendido a minimizar las capacidades que tienes y el quién eres. La Berni es linda, es buena onda, no es la directora de la escuela. Nadie te dice que no puedes pero nadie te está diciendo en verdad lo vas a lograr. Yo si he tenido suerte de toparme con gente en la industria que ha sido un apoyo, gente que me recomienda para trabajos si sale alguna cosa me toman en cuenta, en ese sentido sí me he sentido querida la verdad, pero sentirte querida no significa que puedas ocupar la posición que quisieras ocupar porque lamentablemente todo es político, así que no es cuestión de que uno quiera o pueda hacerlo es también la percepción de los otros que te pone o no te pone en ese lugar. Pero creo que va cambiando cada vez más, no digo que mañana vamos a estar como súper bien, pero sí pienso que va mejorando. Al tener más mujeres cerca cambia la percepción dejas de ser la Berni buena gente, se vuelve como una cuestión de un profesional que está sentado al frente mío” Y este archivo – relato pretende también buscar una forma de romper con la tradición de anulación de las mujeres en el ecosistema musical, es un intento, una afrenta, un revés para buscar esa brecha de género con la que acarreamos en nuestros trabajos, en nuestras vidas.
“El género ha sido una problemática siempre, porque trabajar con hombres sobre todo más en la parte de producción, y en la parte de sonido, trata de muchas horas en la noche, hacer festivales, hacer fiestas que son cosas más de producir eventos, es súper complicado no estar sexualizada en esa posición de trabajo y eso ha sido mi problemática más grande, porque me han dicho directamente, nos encanta como haces sonido en nuestra banda pero no te vamos a llevar de gira, porque es un peligro llevarte de gira, no podemos arriesgarnos, han llegado al punto de decirme directamente, no te puedes ir porque eres mujer y no nos podemos arriesgar a que se friegue la gira por algún problema ahí. Y lo mismo con un montón de conciertos así- Por ser mujer te ven como un objeto sexual, no pueden separar, yo sí puedo sentarme con 5 hombres y no decir me voy a comer a estos manes, ¿por qué al revés no? No tiene por que ser un objeto sexual una persona con la que estás trabajando y peor un riesgo laboral, es super injusto eso”.
En ese ámbito también nos comenta que muchas veces cuando en una relación, siempre está con hombres que están haciendo lo mismo que ella, “entonces ha sido súper frustrante para mí sentirme, o sea no es como que los manes me hayan robado los espacios, pero en este mismo caso, estoy trabajando con una banda, estoy haciendo sonido, la banda se va de gira, prefieren llevarse al novio de la Berni , que es como la Berni en hombre, y de repente estos manes empiezan a tener avances en sus carreras y no digo que sus carreras enteras se deban a mí, son tipos que han tenido sus propias cosas también, pero es desde la percepción de afuera que te miras desplazada, encima más te toca aplaudirle al que tomo tu puesto porque «que hermoso mi amor que te vaya super bien», esa ha sido mi problemática más amplia”.
Berni pensaba antes que jugar el mismo juego de ser sexualizado, “seguirles el juego era parte de lo necesario, yo pensaba que era una condición para poder jugar el juego, ya más adelante me di cuenta que nada que ver, que la percepción que tengan de mí no tiene porqué hacerme a mí ni más como que ponerme en ese plan como auto analizarme a mí en esos espacios en los que no hacía falta, pero en la docencia es bien divertido porque doy clases en las carreras que no hay muchas mujeres, entonces también es chistosos ser la profe mujer dentro de un lugar donde no tienes muchas profes mujeres”.
Y acá hay una larga charla en la que ponemos en colectivo la discusión sobre la relación de una docente con sus alumnos “yo considero que el rato que entro a una clase, para mi misma dejó de ser un ser sexual. Si he escuchado gente que por ejemplo, amigos que piensan que una alumna es una persona que puede estar en una relación con ellos o sexualizar a una alumna. Como les puedo ver a mis alumnos como algo más si yo tengo una condición de poder sobre ellos”. Para todes nosotrxs, investigadores y Bernarda es importante reconocer las maneras de relacionarte con estos espacios laborales. Sus reflexiones sobre el cuerpo no muestran la complejidad de habitar un cuerpo femenino en ciertos espacios del ecosistema musical.
Para cerrar este relato le preguntamos a Berni que quisiera explorar: “me encantaría todo, ahorita estoy intentando con la acuarela y me va mal, he estado explorando otros campos, con la fotografía me encanta muchísimo, y he estado viendo que puede salir por que no es lo mismo verlo desde tus ojos al verlo desde los ojos de los otros, me encanta disfrazarme, ponerme cosas y dentro de eso, el autorretrato también, ha sido como que muy chevere, lo que no he pensado es cómo musicalizar. ese autorretrato porque todavía estoy explorando ese medio, pero si me interesa mucho por que ha sido bacan asi como poner la cámara armar el set y poner las luces más caras y como que ver que más te descubres de ti mismo a través de esto, crear tus propias imágenes” volver a donde empezamos, crear nueva historias.
Bibliografía
- Beard, Mary (2018) “La voz pública de las mujeres” Mujeres y Poder. 1 ed. Barcelona: Crítica. 13–52.

Sonido

Proceso Creativo
